La falta de aire es uno de los síntomas más habituales que presentan los pacientes con FPI, ya que la cicatrización de los pulmones hace que estos se vuelvan rígidos y sean menos elásticos. Puede que sea más difícil respirar de forma profunda a medida que los pulmones sean menos capaces de expandirse adecuadamente. Esto hace que llegue menos oxígeno a la sangre y puede que sientas que te falta la respiración1.
Puede ser frustrante cuando notas que las tareas diarias que antes eras capaz de hacer ahora se están convirtiendo en un reto. Si sientes ansiedad, la falta de aire puede empeorar y puedes empezar a hiperventilar (empezar a respirar muy rápido y sin control).
Los ejercicios de respiración pueden controlar tu respiración y ayudarte a fortalecer tus pulmones2. Si empiezas a sentir que te falta la respiración, intenta por todos los medios mantener la calma y respirar lentamente.
A continuación se indican cinco ejercicios de respiración sencillos que pueden ayudarte a prevenir la falta de aire y a controlar tu respiración.
Sugerencia |
Intenta dominar estos ejercicios de respiración realizando las técnicas con la ayuda de un familiar o amigo. Si no cuentas con el apoyo de un familiar cercano o de amigos, habla con tu equipo médico. Ellos podrán asesorarte acerca de las técnicas. |
Respirar con los labios fruncidos puede ayudarte a controlar la falta de aire que padeces y a volver a respirar de forma normal si estás empezando a hiperventilar. También te puede servir para reducir cualquier sensación de temor o ansiedad que puedas experimentar.
1. Toma aire por la nariz
Como si estuvieras oliendo algo durante unos 2 segundos.
2. Frunce los labios
Como si te estuvieras preparando para soplar las velas de un pastel de cumpleaños.
3. Suelta el aire muy lentamente
A través de los labios fruncidos durante unos 4 segundos.
4. Vuelve a repetir el proceso
Los pasos 1-3, hasta que te sientas relajado.
La respiración profunda es un ejercicio que involucra el diafragma (músculo liso que se encuentra al final de la caja torácica y que controla la respiración). La respiración profunda se realiza mejor si te encuentras descansado y relajado, mientras estás sentado o tumbado, en una posición que te permita tener el pecho y los hombros relajados.
1. Coloca una mano sobre el pecho y la otra sobre el abdomen.
Cuando empieces a respirar, deberás sentir como se mueve la mano con el movimiento del abdomen, pero la que está sobre el pecho deberá permanecer lo más quieta posible.
2. Toma aire de forma pausada por la nariz.
Tu abdomen debería moverse a la vez que tu mano.
3. A medida que espiras lentamente por los labios fruncidos,
presiona suavemente tu abdomen para así empujar el diafragma para ayudarle a sacar el aire de los pulmones.
4. Vuelve a repetir el proceso
Los pasos 1-3, hasta que te sientas relajado.
Soplar a medida que haces cosas sirve para ayudarte a llevar a cabo tus actividades diarias que te provocan falta de aire.
Toma aire antes de empezar una actividad y, a continuación, exhala a medida que la realizas.
Por ejemplo, cuando vayas a coger objetos pesados, toma aire antes de cogerlos y, a continuación, exhala a medida que los levantas. Esta técnica se puede utilizar cuando vayas a realizar cualquier actividad, no importa lo pesado que sea el objeto. También puedes intentar combinar esta técnica con el ejercicio de respiración con los labios fruncidos.
Realizar una respiración rítmica puede servir cuando realizas una actividad, por ejemplo, mientras caminas, subes escaleras o cuando llevas a cabo cualquier tipo de actividad que te provoque falta de aire.
La respiración rítmica consiste en acompasar tu respiración con tus pasos físicos. Intenta que tus pasos coincidan con la velocidad de tu respiración. Puedes combinar esta técnica con el ejercicio de respiración con los labios fruncidos si te ayuda.
La respiración rítmica también es útil cuando se suben escaleras. Intenta inhalar y exhalar en el transcurso de 1-3 segundos a medida que subes de una a una las escaleras. Si te sientes cómodo, puedes intentar aumentar el número de pasos en una única respiración.
Respirar profundo no solo se aplica al yoga o la meditación. También puede ser de utilidad mientras estás haciendo alguna actividad. Hazla justo cuando vayas a comenzar una actividad, tanto si son pequeñas labores domésticas como cuando sales a caminar.
Mientras estés haciendo una actividad, intenta que tu respiración sea más lenta e inhala por la nariz tan profundo como puedas.
Tómate tu tiempo para aprender y practicar estos ejercicios de respiración. No intentes hacerlo demasiadas veces de una sola vez.
Aunque parezcan muy útiles estos ejercicios, no se realizan en exclusiva para el cuidado de tu salud al convivir con la FPI. Lee el resto de consejos que aparecen en esta sección para obtener más información sobre cómo cuidar de ti mismo si padeces FPI.
Asegúrate de hablar con el equipo médico encargado de tu seguimiento y ponerte de acuerdo con ellos sobre un plan completo de cuidados. El plan debe incluir todos los medicamentos pertinentes, los ejercicios de rehabilitación pulmonar, apoyo emocional y cambios en el estilo de vida.
Practicar ejercicio puede ayudarte a mantenerte sano durante más tiempo y a mejorar tu salud general.
Dejar de fumar es una de las cosas más importantes que puedes hacer cuando convives con la FPI.
– Paciente con FPI, Francia
Referencias
OFV.0561.062019