Ser proactivo en la prevención de problemas de salud constituye una parte importante de mantener un buen estado de salud para cualquier persona que conviva con una enfermedad pulmonar, especialmente la FPI1.
Las vacunas son medicamentos que protegen a las personas frente a enfermedades infecciosas potencialmente graves. Al contrario que la mayoría de medicamentos que tratan o curan enfermedades, las vacunas las previenen1.
Es muy importante que las personas con FPI se vacunen, ya que las infecciones pulmonares pueden hacer que los síntomas empeoren. Por ejemplo, si un paciente con FPI contrae la gripe, los síntomas pueden agravarse, ya que los pulmones del paciente son más vulnerables2.
Millones de personas se vacunan cada año y muy pocas presentan efectos secundarios graves después de hacerlo. A menudo, es posible que presenten dolor, enrojecimiento o hinchazón en la zona de la punción, fiebre leve y algunos dolores después de vacunarse. Estas respuestas son habituales. Se deben a que el cuerpo provoca una respuesta natural que ayudará a protegerle de infecciones futuras. Habla con tu equipo médico para obtener más información sobre los efectos secundarios antes de vacunarte3.
No seas tímido al preguntar dudas sobre cómo gestionar tu vida diaria y tu bienestar general al equipo médico. Podrían darte consejos simples y prácticos, que puedes llevar a cabo en casa, o presentarte a grupos de apoyo o servicios de asesoría profesional en tu zona.
A continuación, se muestran cuatro de las vacunas más importantes que podría necesitar un paciente con FPI.
Los síntomas de la gripe pueden contribuir al empeoramiento de los síntomas en pacientes con FPI. Por este motivo, es importante que los pacientes con FPI reciban la vacuna de la gripe de forma anual2.
La gripe se presenta de diversas formas. Puede que cada año te administren una nueva vacuna para garantizar que estás mejor protegido que el año anterior1.
La vacuna de la gripe evita que muchas personas la contraigan y puede contribuir a reducir el riesgo de desarrollar síntomas graves de gripe.
La neumonía puede provocar complicaciones y agravar los síntomas de la FPI1. Por lo tanto, es muy importante que los pacientes con FPI reciban esta vacuna2.
Hay dos tipos de vacunas contra la neumonía para adultos que protegen al organismo frente a diversos tipos de infecciones. Se conocen como las vacunas PPSV23 y PCV13. Ambas vacunas están diseñadas para evitar la neumonía causada por neumococos, la causa más habitual de neumonía bacteriana en adultos. Es posible que tu médico te recete ambas vacunas4.
La causa del herpes es el mismo virus que causa la varicela, el virus zóster. Cualquier persona que haya tenido la varicela siendo niño, tiene el virus latente en sus nervios. A medida que envejecemos, el virus se puede volver a activar y causar herpes.
La mejor forma de evitarlo es recibiendo la vacuna contra el herpes zóster. Esta vacuna reduce la probabilidad de que se reactive el virus en tu cuerpo.
La vacuna contiene una versión debilitada del virus real, lo que significa que estás tomando medicamentos que debilitan el sistema inmunitario, por lo que puede que no sea apropiado para ti recibir esta vacuna.
Durante los últimos años, la tos ferina, también conocida como tos convulsiva, ha reaparecido6. La tos ferina también puede agravar los síntomas de la FPI.
Aunque muchas personas recibieron la vacuna contra la tos ferina cuando eran niños, esta se vuelve menos efectiva con el paso del tiempo6. Por este motivo, los adultos deben recibir también una vacuna de refuerzo para la tos ferina7.
Asegúrate de hablar con el equipo médico sobre las vacunas para proteger tu salud en el futuro.
Practicar ejercicio puede ayudarte a mantenerte sano durante más tiempo y a mejorar tu salud general.
Dejar de fumar es una de las cosas más importantes que puedes hacer cuando convives con la FPI.
– Prof. Luca Richeldi, profesor de Neumología, Italia
Referencias
OFV.0561.062019